Laboral
Las condiciones en una planta de General Motors en México impulsan un desafío sindical
Los salarios mexicanos son bajos en parte porque los sindicatos se coluden con los empleadores. Los trabajadores de una fábrica automotriz enfrentan el sistema y ponen a prueba la nueva reforma laboral.
Cuando consiguió trabajo en General Motors en México, Guillermo Ramírez pensó que sería su boleto para salir de la pobreza.
Pero una década más tarde, Ramírez dice que aún no gana suficiente para mantener a sus tres hijos. Comen en la casa de la mamá de él, mientras él ayuna y pide prestado un carro para llevar al hospital a su bebé de siete meses, que sufre de convulsiones.
“Es muy poco lo que estás ganando”, dijo Ramírez. “Te hace sentir impotente”.
México se ha transformado en una potencia industrial en las últimas dos décadas, al atraer un torrente de inversiones de algunas de las mayores empresas del mundo. Sin embargo, hay un problema obstinado que persiste: aunque el país se ha convertido en uno de los más ricos de América Latina, sus trabajadores ganan salarios que se encuentran entre los más bajos de casi cualquier país de la región.
Te puede interesar: Se cierra la batalla por la representatividad de GM Silao.
Los economistas dicen que un motivo importante es que, durante décadas, los mexicanos han tenido poca influencia al momento de decidir qué sindicatos los representan.
Históricamente, los sindicatos tradicionales del país se han aliado con políticos y empleadores en lugar de defender a los obreros. Han mantenido los salarios bajos y han alejado la posibilidad de una organización real y, a su vez, han acumulado poder y riqueza considerables, algunas veces bajo sospecha de corrupción.
Ahora, en una de las mayores plantas de General Motors en el país, en Silao, una ciudad del centro de México, un grupo de trabajadores que arman camionetas Chevy Silverado y GMC Sierra, ha organizado un desafío directo a dichos intereses. Han formado un sindicato independiente que competirá por la oportunidad de representar a miles de empleados en una elección programada para esta semana.
La votación es la primera gran prueba a las ambiciosas reformas laborales incluidas en el recientemente revisado Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y al compromiso de México de desmantelar un sistema anquilosado que, según muestran los estudios, evita que muchos trabajadores reciban pagos y prestaciones más allá de lo mínimo garantizado por la ley.
Te recomendamos leer: Adelante la CTM en GM Silao.
Una victoria, dicen los economistas, podría ser el inicio de una transformación fundamental en las fábricas mexicanas.
“Tendría un efecto dominó en el sector”, dijo Joyce Sadka, una economista mexicana que ha testificado ante el Congreso de Estados Unidos en el tema de sindicatos mexicanos. “Es la prueba de que es posible tener un sindicato que de verdad intenta representar los intereses de los trabajadores frente a estas compañías muy grandes”.
Los trabajadores de la planta General Motors de Silao empiezan con un salario inferior a 9 dólares diarios, menos que lo que pagan algunas plantas de Nissan, Audi y Volkswagen en México, que están representados por sindicatos independientes, y apenas 60 centavos por encima del salario mínimo diario del país.
En entrevistas, más de 20 trabajadores de la planta describieron un ambiente severo en el que es rutina que los supervisores, que priorizan la producción veloz, nieguen a los empleados ir al baño durante horas. Varios administradores les han dicho que su contrato laboral no garantiza ir al baño de manera regular.
Te compartimos: EN MEDIO DE IRREGULARIDADES Y OMISIÓN DE ORGANISMOS TRANSCURRE VOTACIÓN EN GM SILAO.
Elizabeth Jaramillo contó que hace tres semanas, cuando estaba menstruando, se manchó los pantalones porque no le permitieron ir al baño para cambiarse su toalla sanitaria. Claudia Juárez López dijo que había sufrido varias infecciones en las vías urinarias luego de que, a lo largo de 17 años trabajando para la empresa, los supervisores han rechazado repetidamente sus solicitudes para ir al baño.
“¿Cómo es posible que es una empresa a nivel mundial y los tengan trabajando en esas condiciones?”,
dijo Juárez López, quien se unió al esfuerzo de crear un nuevo sindicato debido a la forma en que ha sido tratada.
David Barnas, vocero de General Motors, dijo que las denuncias sobre los permisos para ir al baño “no son ciertas ni coherentes con el historial positivo de satisfacción laboral de la planta” y que los empleados no habían tocado el tema en las inspecciones independientes de trabajo realizadas en la planta en años recientes.
Los trabajadores se quedan en la planta de Silao “debido a un ambiente positivo y saludable que hemos establecido como líderes corporativos en México”, dijo Barnas y añadió que la empresa trabajaría con el sindicato que ganara la elección de esta semana.
El nuevo sindicato, llamado Sindicato Independiente Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Industria Automotriz, competirá contra otros tres grupos en la elección. Dos de los contendientes tienen vínculos con el viejo sindicato y el otro es uno relativamente desconocido.
María Alejandra Morales Reynoso, la lideresa del sindicato independiente, dijo que tres personas habían ido a su casa a amenazarla por la campaña.
“Nos quieren intimidar”, dijo Morales. “Pero estamos comprometidos con nuestra lucha”.
Funcionarios del sindicato que ha representado a los trabajadores en la planta, la Confederación de Trabajadores de México, no respondieron a las preguntas.
Continúa leyendo: Trabajadores activos de GM se pronuncian en contra de la intromisión de sindicatos extranjeros.
En 2011, cuando Ramírez empezó a trabajar en la planta, jamás se le hubiera ocurrido unirse a cualquier tipo de levantamiento obrero. Le daba orgullo andar por la ciudad con su camisa de General Motors. Sus hijos les decían a sus compañeros de la escuela: “mi papá hace camionetas”, dijo Ramírez.
Pasó cinco años subiendo en el tabulador de pagos hasta que llegó a un tope, de alrededor de 23 dólares al día, menos de lo que los empleados de General Motors en Detroit ganan en dos horas.
Luego, cuando la producción aumentó, su salario apenas se modificó. Dice que empezó a preguntarse: “¿por qué te aumentan tan poquito si ahí afuera está aumentando todo?”.
Tal vez Ramírez haya entrado a la economía del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) cuando no era el momento adecuado. Luego de que entró en vigor el tratado, a mediados de los años noventa, los salarios reales para los obreros industriales aumentaron en México. Pero luego de la crisis financiera de 2008, los aumentos para esos empleados se empezaron a estancar y solo recientemente volvieron a aumentar.
El tratado “hizo una contribución positiva a las condiciones laborales, pero fue mucho menos que su potencial”, dijo Luis de la Calle, un ex negociador del TLCAN para México que ahora es consultor político. El gobierno, que hasta hace poco no había aumentado significativamente el salario mínimo, es en parte responsable. También es una productividad mediocre.
Lee más acerca de: Con más de 10 años de experiencia en GM, trabajadores piden voto por la legitimación del Contrato Colectivo de Trabajo.
Pero De la Calle dijo que parte de la culpa también la tienen los grandes sindicatos mexicanos, que durante mucho tiempo contaron con protección política, pero hicieron poco para mejorar las condiciones de la gente que representaban.
“La pregunta es: ¿los líderes sindicales en México representan el interés de los trabajadores?”, dijo De la Calle. “En general la respuesta es no, y eso tiene un impacto en los salarios”.
En 2016, Sadka analizó más de 1400 contratos sindicales en México y encontró que tres cuartas partes de estos eran “acuerdos impostores”, como los llamó en su declaración ante el Congreso estadounidense, que a menudo ofrecían a los trabajadores menos prestaciones de las que les garantiza la ley.
Y ahora, aunque México es uno de los países más ricos de América Latina, sus salarios son comparables a los de El Salvador, uno de los países más pobres del hemisferio occidental, según datos compilados por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Para subsistir, Ramírez convirtió una parte de la casa de su madre en vivienda para su familia. Hace carros todo el día pero no le alcanza para comprar uno. Sus hijos, dice, le preguntan: “¿Por qué no haces uno para ti?”.
Acerca de esto: Trabajadores de GM Silao acusan a inspector con antecedentes penales de presionar para deslegitimar contrato con CTM..
Por ahora, Ramírez tiene que pedir prestado un coche para llevar a su bebé, que lleva meses con convulsiones, al hospital. Su hija Nathaly, de 13 años, falta a clases porque la familia no ha podido pagar el transporte escolar.
“Mi papá batalla mucho”, dijo Nathaly. “Está ahorrando para comprar un carro ahorita”.
Cuando Ramírez pidió ayuda económica al antiguo sindicato de la planta, a medida que aumentaban los gastos médicos, dijo que lo máximo que le ofrecieron fueron unos 15 dólares.
“Era una broma”, dijo Ramírez. “No puedo comprar un paquete de pañales con eso”.
Como parte de las negociaciones sobre el tratado comercial reelaborado, México hizo cambios radicales en sus leyes laborales en 2019, lo que facilitó que los sindicatos independientes desafíen a los titulares y requirió una revisión de cientos de miles de contratos existentes.
El pacto comercial, que decía que México tenía que hacer cumplir las nuevas reglas, ganó el apoyo de los líderes sindicales estadounidenses, en parte porque creían que las protecciones más fuertes podrían evitar la pérdida de empleos en Estados Unidos.
“Si hay una carrera hacia el fondo, hay que elevar el fondo, y entonces quizás la carrera se ralentice un poco”, dijo Jeff Hermanson, funcionario del Centro de Solidaridad, una rama de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por si sigla en inglés).
Consulta: T-MEC: México y EU acuerdan ‘curso de reparación’ tras queja laboral en planta de GM.
Cuando los trabajadores de la planta de General Motors votaron sobre si anulaban su contrato en abril, el gobierno suspendió la elección después de que los inspectores encontraron boletas destruidas dentro de las oficinas del sindicato existente, parte de la Confederación de Trabajadores de México.
Las irregularidades llevaron al gobierno de Joe Biden a aprovechar, por primera vez, un canal para conflictos laborales establecido en el nuevo acuerdo comercial, y pedir formalmente a México que revisara el caso. El gobierno mexicano convocó una nueva votación. En agosto, los trabajadores decidieron desechar su contrato, y ahora se preparan para votar por el sindicato que negociará uno nuevo.
Ramírez dijo que pensaba votar por el sindicato independiente.
La semana pasada pidió a su jefe dos días libres porque su esposa había pasado días sola con su bebé en el hospital. El pedido fue rechazado.
“Estás fallando como esposo”, dijo sobre sí mismo, “porque no puedes darle el refuerzo que necesita”.
No sabe cuánto cambiará su vida si gana el sindicato independiente. Pero por una vez, espera, los trabajadores tendrán voz y voto.
Fuente: The New York Times.
Industria
Niels Cortés y Transformación Sindical: una estafa para los trabajadores
Lo que comenzó como una promesa de cambio y esperanza para los trabajadores se ha revelado como una de las mayores traiciones en el ámbito sindical. Niels Cortés y su proyecto Transformación Sindical están en el ojo del huracán, acusados de engañar a sus propios agremiados, incumplir compromisos y desviar recursos destinados al bienestar de los trabajadores.
Las promesas de Cortés, que inicialmente captaron la confianza de cientos de empleados, se han desmoronado. Mejores salarios, condiciones laborales justas y beneficios tangibles fueron las promesas que nunca llegaron a cumplirse. En su lugar, los trabajadores han sido testigos de un líder que se enfoca más en construir una fachada política que en resolver los problemas reales de sus representados.
El manejo de las cuotas sindicales es una vergüenza. Los trabajadores exigen explicaciones ante la evidente falta de transparencia. ¿Dónde está el dinero que han aportado con esfuerzo?
Las sospechas apuntan a un uso discrecional que beneficia únicamente a la cúpula liderada por Niels Cortés, mientras los trabajadores enfrentan las mismas carencias y dificultades de siempre.
El descontento crece a medida que los agremiados despiertan a la realidad: fueron utilizados como un trampolín para las ambiciones personales de un líder que ha demostrado su falta de compromiso. Los trabajadores no solo se sienten traicionados, sino también indefensos ante un sindicato que debería protegerlos y que, en cambio, los abandona a su suerte.
Es hora de que los trabajadores alcen la voz. La transformación que se prometió se ha convertido en un retroceso que amenaza su estabilidad y su dignidad. Niels Cortés debe rendir cuentas, y los trabajadores deben unirse para exigir justicia y recuperar el control de lo que les pertenece.
Empresas
Eloy Espinosa y COREMEX: Amenazas y Control a Costa de los Trabajadores
Intimidación y abuso para imponer intereses económicos sobre Plásticos y Fugra Lerma
En una lamentable demostración de abuso de poder, Eloy Espinosa y el organismo COREMEX han recurrido a tácticas intimidatorias utilizando a personas con antecedentes delictivos para imponer su control sobre las empresas Plásticos y Fugra Lerma. Esta estrategia no solo pone en peligro la estabilidad laboral de los empleados, sino que también demuestra un desprecio total por los derechos y la seguridad de los trabajadores.
La intervención de estos grupos ha sembrado un ambiente de miedo e incertidumbre entre los empleados, quienes temen represalias y hostigamiento por expresar su inconformidad. En lugar de velar por el bienestar de la fuerza laboral, Eloy Espinosa y COREMEX se han enfocado en beneficiarse económicamente a toda costa, manipulando y desestabilizando las relaciones laborales dentro de la empresa.
Esta situación es un ataque directo contra la dignidad de los trabajadores, quienes han expresado su rechazo hacia estos métodos de control y explotación. La imposición de intereses económicos por encima de los derechos laborales refleja una falta de ética alarmante y la necesidad urgente de tomar medidas para proteger a quienes forman la base de estas empresas.
Los empleados de Plásticos y Fugra Lerma merecen trabajar en un entorno donde se respeten sus derechos y se valore su esfuerzo. Es imperativo que las autoridades correspondientes intervengan para garantizar que prácticas tan reprobables no queden impunes, y que los trabajadores puedan desempeñar sus labores con la tranquilidad y seguridad que merecen.
Industria
Crisis financiera en San Nicolás, sin líder y sin recursos
La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) del Ingenio San Nicolás atraviesa un colapso financiero sin precedentes. Bajo la dirección de Agustín López Martínez, mejor conocido como «La Chancla», el sindicato se encuentra operando en números rojos, dejando a sus agremiados en una situación de incertidumbre y abandono.
Fuentes internas del sindicato aseguran que los problemas se derivan de una administración desorganizada y opaca, marcada por el despilfarro de recursos. Actualmente, el sindicato no tiene capacidad para cubrir gastos esenciales como el mantenimiento de sus instalaciones, el pago de servicios básicos o la organización de actividades que realmente beneficien a los trabajadores.
La crisis se agrava debido a una demanda legal que enfrenta el sindicato, relacionada con el desvío de recursos destinados al pago de un grupo de trabajadores. Este dinero, que habría sido utilizado para fines no esclarecidos por López Martínez y su comité, ahora debe ser repuesto, lo que ha dejado a la organización en una grave precariedad económica.
El enojo entre los agremiados es palpable. Denuncian que la gestión de López Martínez no solo ha sido incompetente, sino que también ha priorizado sus propios intereses sobre las necesidades del gremio. La falta de transparencia en el manejo de las cuotas sindicales y la ausencia de una estrategia clara para revertir la situación han llevado a los trabajadores a exigir medidas drásticas.
Entre las demandas principales está la realización de una auditoría externa que permita esclarecer el destino de los recursos y responsabilizar a los involucrados. Además, muchos piden una renovación inmediata del liderazgo sindical para recuperar la confianza y evitar un colapso total de la CROM del Ingenio San Nicolás.
Hasta ahora, ni López Martínez ni la dirigencia nacional de la CROM han ofrecido explicaciones claras ni han tomado acciones concretas para enfrentar esta crisis, dejando en el aire el futuro de uno de los sindicatos más importantes de la región.
-
Estado de Méxicohace 2 semanas
El Oscuro Trato de Eloy Espinosa con COREMEX: Dinero por Lealtad Sindical
-
Empresashace 3 semanas
COREMEX y sus Cuotas Excesivas: Mas que defensa sindical son un negocio redondo
-
Empresashace 2 semanas
Niels Cortés Bajo la Mira: Afiliados Denuncian Engaños con las Cuotas en Transformación Sindical
-
Uncategorizedhace 1 semana
Inoperancia y Falta de Respuestas: El Rol de la CROM en el Conflicto y el despido de su dirigente
-
Empresashace 4 semanas
Niels Cortés y Transformación Sindical prometen liquidaciones superiores a despedidos, pero los trabajadores desconfían cada vez más.
-
Industriahace 4 semanas
Trabajadores de Fugra Lerma Rechazan Sindicatos Corruptos como Coremex y Promueve la Unión Laboral como Pilar del Bienestar Familiar
-
Industriahace 7 horas
Crisis financiera en San Nicolás, sin líder y sin recursos
-
Empresashace 3 semanas
Los Trabajadores de Bocar Auma y CTM dan el mejor ejemplo de buena comunicación y trabajo sin necesidad de nuevos sindicatos