La presidenta Claudia Sheinbaum informó que investigan la muerte de varios civiles, entre ellos una niña, a manos de miembros de las Fuerzas Armadas, ocurridas en dos eventos distintos el pasado fin de semana en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

En la conferencia mañanera de este martes, la mandataria federal aseguró tener conocimiento de dos hechos ocurridos en Nuevo Laredo. El primero ocurrió el viernes pasado, cuando elementos del Ejército presuntamente mataron a la enfermera Yuricie Rivera.

El segundo hecho sucedió el sábado, cuando personal de la Guardia Nacional supuestamente mató a Iris, una niña de ocho años.

Al respecto, señaló que el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Ricardo Trevilla Trejo, le informó sobre estos hechos.

“En ambos casos, desde el primer momento fui informada por el general secretario y se presentaron las pruebas que se requieren y disposiciones que se requieren en la Fiscalía de la República”, anunció.

Asimismo, dijo que es necesario esperar las investigaciones correspondientes para saber si hubo mala actuación por parte del Ejército o la Guardia Nacional.

“En caso de que haya una actuación, una mala actuación de un elemento del Ejército, de la Guardia Nacional o de algún oficial serán sancionados pero hay que esperar las investigaciones y la cercanía que se requiere siempre con la gente”, aseguró.

Nuevo Laredo es el lugar con más agresiones

La mandataria admitió algunos de los problemas de violencia que se enfrentan en el municipio de Nuevo Laredo.

“Hay que decir algo muy importante; Nuevo Laredo es el lugar más agresiones en donde los grupos delincuenciales agreden más a las fuerzas armadas tanto el Ejército como en su caso a la Guardia Nacional”, detalló.

Comité de derechos humanos exige justicia

El Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, organismo que se ha dedicado a denunciar este tipo de hechos y que exige justicia, detalló que estas muertes se dieron en dos hechos distintos con 24 horas de diferencia.

“Tres civiles fueron asesinados por personal del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional mientras perseguían a presuntos delincuentes en Nuevo Laredo”, planteó en un comunicado.

Señaló que las víctimas son Iris de ocho años, Yuricie de 46 y el joven Diego de 19 años.

De acuerdo con información obtenida por el Comité de Derechos Humanos a través de familiares de las víctimas, el primer caso ocurrió la noche del viernes 11 de octubre cuando la enfermera, Yuricie que se trasladaba en una camioneta particular acompañada de su esposo e hijo, recibió un disparo en la cabeza.

El segundo caso ocurrió aproximadamente a las 19:00 horas del sábado 12 de octubre en el Fraccionamiento Palmares, cuando la señora Lidia se trasladaba en su vehículo particular a una papelería acompañada de su nieta Iris y quedaron atrapadas en medio de un tiroteo entre personas armadas y elementos de la Guardia Nacional.

La menor fue trasladada de urgencia al Hospital General pero minutos después falleció al recibir un disparo en su cabeza.

Mientras que el joven Diego Alfredo quedó dentro de una camioneta que perseguían los Guardias Nacionales y soldados del Ejército Mexicano en el mismo fraccionamiento, se presume que estaba secuestrado.

“Ni el Gobierno del Estado, ni la Fiscalía General de Justicia o la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas han ofrecido una versión oficial de lo sucedido en Nuevo Laredo”, dijo el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Ramundo Ramos Vazquez sobre el deceso de civiles por enfrentamientos en Tamaulipas que Sheinbaum aseguró ya son investigados.

La madrugada de este jueves se registró la explosión de un tanque de gas lp usado en un puesto de tacos semifijo en la colonia Miramápolis, dejando tres personas heridas con quemaduras graves.

El siniestro registrado en la calle Circuito Tamaulipeco, no solo afectó el negocio, sino que las llamas alcanzaron una vivienda cercana y una camioneta estacionada en las inmediaciones, misma que terminó completamente calcinada.

Entre los lesionados se encuentran una pareja que cenaba en el lugar y el taquero, quien resultó con las heridas más graves debido a la cercanía con el tanque de gas.

Los tres afectados fueron trasladados de emergencia a hospitales cercanos, dos de ellos fueron llevados en un taxi antes de que llegaran los cuerpos de emergencia, mientras que el taquero fue atendido por personal de Cruz Roja en el lugar y posteriormente ingresado al Hospital General del IMSS.

Tras la explosión del tanque de gas, el incendio se propagó rápidamente, generando alarma entre los vecinos, quienes alertaron a los servicios de emergencia.

Las llamas amenazaron una vivienda contigua, lo que obligó a los bomberos a rescatar a los residentes utilizando escaleras para evitar que la radiación del fuego los alcanzara. Tras más de cuatro horas de arduo trabajo, bomberos de Ciudad Madero, apoyados por Protección Civil, elementos de la Guardia Estatal, y la Secretaría de la Defensa Nacional, lograron controlar el incendio.

La explosión ocasionó daños a la red de gas natural que cruza por la zona, desencadenando una fuga de hidrocarburo que se encendió. Personal de la compañía gasera acudió al lugar de inmediato para cerrar las válvulas principales de la red de abasto, evitando que el fuego continuara alimentado por el gas natural.

Hasta el momento, las autoridades continúan investigando las causas exactas del estallido, mientras los vecinos de la colonia exigen una revisión exhaustiva de los establecimientos de la zona.

Susana Prieto Terrazas, la aún diputada federal que en su momento se alzó como una feroz defensora de los derechos laborales, se encuentra hoy en una posición insólita: quejándose amargamente del mismo partido que la llevó al poder, Morena. En lo que parece ser un intento desesperado por recuperar la relevancia que alguna vez tuvo, Prieto Terrazas ha denunciado violencia política de género y un maltrato sistemático por parte de la mayoría guinda en el Congreso, aunque muchos ven en sus palabras más una estrategia de victimización que una legítima preocupación.

En una serie de declaraciones recientes, Prieto Terrazas no ha dudado en exponer su frustración: «Abandoné la fracción parlamentaria de Morena el último de febrero. La violencia política de género que han ejercido en mi contra es una verdadera vulgaridad». Además, se ha quejado de que sus asesores no han recibido pago desde febrero, que no se le han depositado las subvenciones, y que fue removida de la Comisión de Puntos Constitucionales sin previo aviso. «Me pueden separar de Morena, pero no sacarme de la Comisión de Puntos Constitucionales, y me sacaron», añadió en un tono que dista mucho de la seguridad con la que manejaba las huelgas y movimientos sindicales en el pasado.

Este cambio de postura es desconcertante para quienes recuerdan a la Susana Prieto de 2019, cuando encabezaba el movimiento «20-32» en Matamoros, causando estallidos de huelga en 48 maquiladoras y logrando un aumento del 20% en los salarios de los trabajadores, además de un bono de 32 mil pesos. En aquel entonces, Prieto Terrazas se movía con impunidad, respaldada por conexiones políticas que le permitieron obtener beneficios para su sindicato sin cumplir con los requisitos legales.

Ahora, en un giro irónico del destino, Prieto Terrazas se encuentra del otro lado de la balanza, denunciando a Morena por no permitirle hacer uso de la palabra en el Congreso y acusando al partido de traicionar a los trabajadores al no aprobar la reforma de las 40 horas laborales. «Soy abogada postulante con 40 años litigando diversas áreas del Derecho, fueron ellos los que traicionaron al pueblo de México al no pasar las 40 horas, y por congruencia con los trabajadores, me retiré de su bancada», dijo, intentando justificar su salida de Morena y su postura crítica hacia el partido.

Sin embargo, lo que Prieto Terrazas parece no entender es que su tiempo de poder e influencia ha pasado, y que su intento de victimizarse no convence a quienes recuerdan su actuación pasada. La misma mujer que una vez tuvo la audacia de desafiar a empresarios y obtener beneficios millonarios para su sindicato, hoy se lamenta de no haber sido reelegida como diputada y de que su iniciativa de reforma laboral no haya prosperado.

Al final, la historia de Susana Prieto Terrazas es la de una abogada que pasó de la gloria de liderar un movimiento sindical a la derrota de ser marginada por su propio partido, todo en el lapso de pocos años. Y aunque intenta mantener su relevancia a través de quejas y acusaciones, lo cierto es que su tiempo en la política parece estar llegando a su fin, dejando atrás una carrera marcada tanto por el éxito como por la controversia.