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Niels Cortés perdió el control y aspiraciones: su estrategia de manipulación es rechazada por los trabajadores de Martinrea

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Niels Cortés y los intentos de desestabilización laboral en Martinrea

A medida que se sigue desplomando la estructura de Transformación Sindical, Niels Cortés demuestra que su capacidad de liderazgo está basada más en la manipulación que en los hechos. Esta semana, una nueva maniobra de su parte quedó completamente al descubierto: la difusión de un rumor falso, donde Niels Cortés aseguraba junto con sus “borregos” que los trabajadores de Martinrea recibirían un bono de $1,800.

Lejos de fortalecer su base o generar confianza, el movimiento provocó una ola de indignación entre los empleados, quienes no tardaron en identificar la jugada como lo que era: un intento insultante y absurdo de engaño, y una muestra evidente del nivel de desesperación al que ha llegado Cortés para intentar no quedar en el olvido.

Los llamados “borregos” enviados por su grupo recorrieron los pasillos de la planta con un discurso claro. El supuesto bono sería de solo $1,800 para los trabajadores de Martinrea. Sin embargo, esta versión fue desmentida en pocos días, cuando la empresa otorgó una cantidad superior a lo que se otorgó el año anterior, sin ninguna relación con las afirmaciones hechas por Cortés y sus operadores, que únicamente buscaban crear preocupación y molestia entre los empleados.

“Lo que más molesta no es el rumor en sí, sino que piensen que somos tan tontos como para creerlo”, comentó una trabajadora. “Ya no estamos en los tiempos en que una promesa falsa podía comprar nuestro apoyo. Ahora sabemos quién realmente da resultados y quién viene nomas a decir mentiras”.

Lo que pretendía ser una jugada para recuperar influencia terminó siendo un fracaso que dejó al descubierto la falta de ética del grupo de Niels Cortés. Incluso trabajadores que en el pasado simpatizaban con su causa reconocen que esta última acción fue un error grave.

La estrategia fracasada también revela algo más profundo: Niels Cortés ha perdido el control de su propia mentira. Durante todo este tiempo trató de posicionarse como un “líder alternativo” o una voz distinta dentro del sindicalismo, pero hoy sus acciones se basan más en provocar ruido que en ofrecer soluciones reales. El recurso al engaño y a las promesas ficticias es señal de que ya no tiene propuestas creíbles ni respaldo auténtico.

Los trabajadores de Martinrea, por su parte, han aprendido a reconocer las diferencias entre una verdadera representación sindical y un grupo de presión con intereses personales. La reciente entrega del bono, superior al del año pasado, confirmó que es posible avanzar sin estar atados a pseudoliderazgos como el de Cortés.

Más allá del bono en sí, lo que se vivió en Martinrea esta semana es una victoria de la verdad sobre la manipulación. Es también una señal clara de que los empleados están más unidos, informados y empoderados. Ya no están dispuestos a dejarse llevar por rumores ni por líderes que prometen beneficios a cambio de lealtades ciegas. La historia de Niels Cortés parece estar llegando a su capítulo final. Y no será por traiciones o conspiraciones, sino por algo más simple y contundente: los trabajadores ya no le creen.

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