Gobierno
La energía hidroeléctrica, la cuestionada apuesta verde de México
López Obrador ha asegurado que el país alcanzará sus metas de energías renovables con estas centrales, pero los expertos ponen en duda que sea posible y rechazan que sean tan “limpias y baratas” como dice el presidente
En las conferencias que ofrece cada mañana desde Palacio Nacional, en sus viajes a lo largo y ancho del país, en su reunión con el enviado de Estados Unidos para el cambio climático. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no se ha cansado de repetir en los últimos meses que la gran apuesta de su Gobierno para cumplir con sus compromisos ambientales es la energía hidroeléctrica, “la más barata y limpia”. Desde entonces, los expertos han dado un paso al frente para contradecir esa afirmación: es tres veces más cara que la solar y la eólica, y cada vez se considera menos limpia por sus emisiones de metano, su impacto sobre los ecosistemas y su dependencia de un recurso escaso: el agua.
Pero, ante todo, lo que ponen en duda es la idea de que las hidroeléctricas puedan aumentar su generación lo suficiente como para alcanzar la meta del 35% de energías limpias para 2024 que se ha propuesto México. El año pasado, esas centrales produjeron menos del 9% del total. Rosanety Barrios, analista independiente del sector, explica que la inmensa mayoría de las hidroeléctricas de México están controladas por la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) y fueron construidas entre los años 60 y 80, por lo que son bastante anticuadas.
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“El planteamiento del presidente es modernizar lo que se pueda, que es esencialmente las turbinas. Pero la mejoría que puedes obtener no va más allá del 10% en la eficiencia”,
asegura la experta.
Hasta ahora, el plan de la CFE no contempla construir nuevas presas, por la fuerte oposición social que se han encontrado en las últimas décadas. Paso de la Reina, Las Cruces, Chicoasén II… la lista de nuevas hidroeléctricas que se han visto frenadas por el rechazo de la población es larga.
Por ello, lo que la empresa estatal ha anunciado es un plan de inversión de 20.000 millones de pesos (1.000 millones de dólares) para rehabilitar nueve centrales y construir otras tres sobre presas ya existentes, principalmente en Sonora y Sinaloa. Pero la propia CFE ha reconocido que esos planes aportarán, cuando mucho, un aumento de 1.860 gigavatios por hora al año, lo que representa un 0,6% de la generación eléctrica total de México. Muy lejos de lo que necesita el país para llegar a su meta del 35% de energías limpias, que actualmente rondan el 25%.
¿Verdaderamente verdes?
Los límites a los que se enfrentan este tipo de plantas no son únicamente tecnológicos. El cambio climático está haciendo más frecuentes y prolongadas las sequías en el país y, cuando escasea el agua, el consumo humano y agrícola son prioritarios.
“Si nos toca un año de poca lluvia, el agua ahí almacenada se tiene que cuidar para los seres humanos. Si hay un intento de violación de esas reglas, hay que preocuparse mucho de lo que pueda pasar con el consumo humano”,
advierte Barrios.
Por otro lado, al igual que las sequías son más prolongadas, las lluvias torrenciales son más habituales como consecuencia del calentamiento global, lo que puede llevar al desbordamiento de presas, como pasó en Tula en septiembre pasado. Ese mes, la generación hidroeléctrica alcanzó un pico del 16% del total del país.
“Pero pensar que se puede mantener ese mismo nivel durante todo el año o inclusive duplicarlo, como ha dicho el presidente, es cien por ciento imposible”.
De hecho, en enero, uno de los meses en los que menos llueve, las hidroeléctricas generan alrededor del 4%.
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Como una pescadilla que se muerde la cola, las plantas hidroeléctricas no solo se ven afectadas por el cambio climático, sino que también contribuyen a empeorar esa crisis, señala Astrid Puentes, exdirectora de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). Al momento de su construcción, se deforestan grandes extensiones de territorio para crear los embalses -lo que libera CO2 a la atmósfera- y se afectan los ecosistemas y la forma de vida de la población al desviar el cauce del río.
Además, la materia orgánica que queda inundada en las presas entra en un estado de descomposición y va emitiendo metano, uno de los gases más poderosos de efecto invernadero.
“Antes de decidir rehabilitar las hidroeléctricas que ya existen, México debería hacer una buena evaluación de qué alternativas hay hoy, no en los años 70. Hoy, en el siglo XXI, la hidroeléctrica sale perdiendo frente a la solar y la eólica en términos de impactos sociales, climáticos y ambientales”,
dice la abogada.
El trasfondo: la reforma eléctrica
Víctor Ramírez, doctor en ciencias por la UNAM y vocero de la Plataforma México, Clima y Energía, cree que el empuje por las hidroeléctricas del Gobierno no es más que retórica política. Porque el asunto de fondo es, desde su punto de vista, la reforma eléctrica que está empujando contra viento y marea el presidente. La propuesta busca modificar la Constitución para devolverle a la CFE el poderío perdido, entregando el control del 54% de la generación, muy por encima del 38% actual, y dejando el 46% restante para los privados.
“Si se quiere alcanzar ese 54% no lo van a poder hacer solamente con las hidroeléctricas. Van a tener que hacerlo con sus plantas termoeléctricas y de carbón”,
dice Ramírez.
Según la propuesta, las hidroeléctricas serían las primeras en la fila para despachar su energía, limitada por la disponibilidad de agua, y las siguientes a la cola serían las centrales convencionales de la CFE, que operan con combustibles fósiles como combustóleo, gas y carbón. Por lo tanto, dice el experto, parece difícil que esa reforma no implique un aumento considerable en las emisiones de gases de efecto invernadero del país.
Otro mito que quiere desmontar es que la energía hidroeléctrica es la más barata. Según datos de la Comisión Reguladora de Energía, cuesta 1.211 pesos por megavatio/hora, casi tres veces más que los 377 pesos de la solar y eólica, en manos de empresas privadas. ¿Por qué es tanto más cara? “Porque, entre otras cosas, el agua es un bien limitado que tiene un precio, a diferencia del sol o el viento”. Por ello, actualmente las primeras energías que se despachan son la solar y la eólica: porque son las más baratas.
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Pero para Mario Morales, coordinador de planeación de la CFE, la situación actual “no es competencia sino despojo”, porque relega a un segundo plano a las plantas de la estatal, más caras y contaminantes. En entrevista con EL PAÍS, el funcionario defiende el plan de rehabilitación de las hidroeléctricas, aunque reconoce su carácter limitado, y enfatiza que “lo más importante es que aumentará la vida útil de las plantas otros 50 años”.
Preguntado sobre la posibilidad de reactivar la construcción del polémico proyecto hidroeléctrico de Chiacoasén II, en Chiapas, Morales confirma que está en sus planes y asegura que los detalles se darán a conocer en las próximas semanas. La idea preocupa a Sandra Moguel, abogada ambientalista que ha acompañado la lucha de pobladores contra varias hidroeléctricas en México, como la que se propuso en 2014 para Nayarit, conocida como Las Cruces.
La presa se hubiera instalado sobre el río San Pedro Mezquital, considerado sagrado por los indígenas cora de la región. Los impactos tenían un sinfín de ramificaciones: miles de familias desplazadas para inundar el terreno, comunidades pescadoras afectadas por la represa del río, uno de los principales humedales de México sin el alimento esencial para sus manglares. El movimiento de lucha en contra de Las Cruces y una riada de amparos frenaron el proyecto, pero la abogada recuerda que la CFE sigue contando con los permisos de construcción y operación.
“Las comunidades están bastante temerosas de este plan de reactivar a las hidroeléctricas como una actividad fundamental de la generación de energía. Se nos han acercado a preguntar, ¿qué va a pasar con nosotros?”,
dice.
No ha podido más que responderles que, de aprobarse la reforma que impulsa el presidente, la posibilidad de que se vuelvan a reactivar estos proyectos no se puede descartar.
Fuente: El País.
Economía
Inflación en México: Un Reto para el Gobierno, Empresas y Trabajadores
La inflación de 2023 se sitúa en 4.76%, generando incertidumbre y oportunidades en un entorno económico global volátil.
En 2023, la inflación en México alcanzó un nivel de 4.76%, un dato que, si bien está dentro de los márgenes esperados, mantiene en alerta a diversos sectores del país. El gobierno, las empresas y la clase trabajadora observan con detenimiento los movimientos económicos a nivel global, conscientes de que cualquier variación podría tener efectos significativos en la economía nacional.
El fenómeno de la inflación tiene un impacto dual en la economía. Para las empresas, una inflación moderada puede traducirse en un incremento en los precios de sus productos, lo que potencialmente mejora sus márgenes de ganancia. Sin embargo, si la inflación se dispara, también podría elevar los costos de producción, afectando su competitividad y capacidad de inversión. De igual manera, los trabajadores enfrentan el desafío de mantener su poder adquisitivo, ya que un aumento en los precios sin un ajuste salarial proporcional podría deteriorar su calidad de vida.
El gobierno mexicano ha adoptado una postura de vigilancia constante para mantener la inflación en niveles controlados. A través de diversas políticas monetarias y fiscales, se ha buscado evitar un desbalance que afecte de manera desproporcionada a las empresas o a los trabajadores. La meta es lograr un equilibrio que permita un crecimiento económico sostenido, sin que la inflación represente una carga excesiva para ninguno de los sectores.
En un contexto de incertidumbre económica global, la inflación en México se convierte en un indicador crucial para la toma de decisiones tanto a nivel gubernamental como empresarial. El reto es mantener un entorno económico estable, donde tanto las empresas como los trabajadores puedan adaptarse y prosperar a pesar de los desafíos que presenta la inflación.
Gobierno
AMLO, Sheinbaum y gobernadores de la 4T cierran filas para el próximo gobierno
El presidente Andrés Manuel López Obrador y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo se reunieron en privado la noche del jueves en un hotel del Centro Histórico con gobernadores electos y en funciones del partido Morena.
Al encuentro también asistieron legisladores en funciones y electos, funcionarios y ex funcionarios de Morena, como el ex canciller y próximo secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el ex secretario de Gobernación y próximo senador Adán Augusto López y Ricardo Monreal líder de los morenistas en el Senado. Este último dijo, tras preguntarle por el tono del encuentro, que se acordó mantener “discreción” sobre los temas que se trataron.
Sin embargo, poco después gobernadores asistentes a la reunión, como: Delfina Gómez del Estado de México, Alfredo Ramírez Bedolla de Michoacán y, Alfonso Durazo de Sonora, indicaron que el presidente López Obrador les pidió respaldar a la próxima presidenta de México.
La próxima gobernadora de Veracruz y ex secretaria de Energía, Rocío Nahle expuso que fue una plática muy tranquila y agregó que siempre han cerrado filas con Claudia Sheinbaum, “somos un movimiento transformador de unidad”, remarcó.
En este sentido, Bedolla Ramírez dijo que el presidente “nos pidió que sigamos entregados a la Presidenta Claudia Sheinbaum, dando soluciones y resultados”.
También comentaron que la próxima presidenta Sheinbaum Pardo les pidió “dar soluciones” a los mexicanos.
Asimismo, los gobernadores coincidieron en que el encuentro se trató de una cena de trabajo donde hubo buen ánimo y en la que analizaron el avance que tiene el proyecto de nación.
Al encuentro también acudieron los gobernadores Américo Villarreal de Tamaulipas; Layda Sansores de Campeche; el gobernador electo de Yucatán, Joaquín “Huacho” Díaz; la aspirante a gobernadora en Jalisco Claudia Delgadillo; Clara Brugada, jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México y, Martí Batres, el actual jefe de Gobierno capitalino.
Además estuvieron: la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde; el presidente nacional de Morena, Mario Delgado y su secretaria general, Citlali Hernández, entre otros.
El cónclave morenista se da justo el mismo día en que en San Lázaro iniciaron los foros para discutir la iniciativa de reforma del Poder Judicial de la Federación del presidente Andrés Manuel López que pretende destituir a los ministros, jueces y magistrados de esta soberanía, para elegir a unos nuevos, a través de voto popular.
Ciudad de México
Tensión en la CDMX: La Preferencia por Omar García Harfuch Frente a Clara Brugada Revela Fracturas Internas
Claudia Santillana, reconocida analista política, ha manifestado su preocupación por la elección de Clara Brugada como la candidata para liderar la Ciudad de México, especialmente destacando la falta de una buena relación con Claudia Sheinbaum, posible futura presidenta de México. Según Santillana, Omar García Harfuch habría sido una opción más adecuada dada su cercanía y sintonía con Sheinbaum.
Santillana argumenta que García Harfuch proporciona un sentido de «estabilidad, seguridad y protección» que Brugada no parece ofrecer. En sus palabras, Brugada «nada más estorba», lo que sugiere un claro rechazo a su capacidad para trabajar eficazmente con Sheinbaum en caso de que esta última gane la presidencia. La comentarista también señaló que es difícil imaginar a Sheinbaum gestionando las complejidades de la capital en colaboración con Brugada, sugiriendo que tendría una relación más fluida incluso con miembros de la oposición que con la propia Brugada.
Esta falta de sinergia se ve agravada por episodios en los que Brugada ha intentado, sin mucho éxito, acercarse y ganarse el favor de Sheinbaum. Santillana describe estas situaciones como Brugada «mendigando amor y atención», una imagen que poco ayuda a la percepción pública de la candidata de Morena. Además, la analista resalta cómo Brugada, a pesar de tener un fuerte arraigo en Iztapalapa, no logra conectar fuera de su bastión, lo que limita su capacidad para atraer apoyo en otras áreas de la Ciudad de México.
Por otro lado, García Harfuch, con su perfil y experiencia en seguridad, podría, según Santillana, atraer un apoyo más amplio y efectivo, no solo en términos de seguridad sino en la gestión administrativa de la ciudad. Este análisis refleja una clara preferencia por un candidato que podría complementar y cooperar más efectivamente con las potenciales políticas de Sheinbaum, algo que la crítica considera esencial para una gestión eficaz de la Ciudad de México.
Este escenario expone una fractura significativa dentro de Morena y sugiere desafíos potenciales para la gobernabilidad y unidad del partido, especialmente en un momento crucial donde la coordinación y cohesión interna son más necesarias que nunca para enfrentar los retos de una de las ciudades más grandes y complejas del mundo.
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